Conferencia en el marco del festejo del 70º aniversarios de la Oficina Regional de Ciencias de la Unesco. El pasado martes 3 de diciembre tuvo lugar, en el auditorio de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, “Sucesos Científicos”, un noticiario latinoamericano de ciencias, organizado por la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe, en el marco de las celebraciones de su 70º aniversario en la región.
El mismo, contó con exponentes en ciencias y periodistas científicos que buscaron presentar sus opiniones y reflexiones sobre dos bloques temáticos. El primero de ellos se centró en la modificación génica, y hacía referencia justamente a que la modificación génica abarca más que usos en salud y la modificación genética de seres humanos.
Antonieta Rodríguez, licenciada en biotecnología y Dra. en Cs. Biológicas -con especialización en microbiología y biotecnología de los alimentos- dijo que se trata de modificar pequeñas secuencias de ADN de organismos vivos en general, con el fin de conseguir y mantener ciertas características deseadas por los investigadores.
En este sentido también se expresó la bióloga Sandra López, del Instituto Gorgas de Panamá. De acuerdo a esta investigadora, la modificación génica puede proporcionar organismos que ayuden no sólo a la agricultura o la salud, sino también a atacar problemas como la contaminación. No obstante, advierte que es necesario tomar en cuenta dos tipos de problemas para que esto sea provechoso, los técnico científicos y el del uso o aplicación.
Todos los expositores destacaron el inmenso abanico de posibilidades que trae esta nueva tecnología, sin embargo, todos reconocieron que ni siquiera la ciencia sabe aún las implicancias éticas y científicas que esto puede tener, y que por lo tanto, es necesario avanzar con cautela.
El más crítico en este sentido fue Claudio Martínez, Dr. en Biología Molecular y Celular, Químico Farmacéutico y Profesor Adjunto del Instituto de Biología de la Facultad de Ciencias- Udelar.
Martínez puso énfasis en el hecho de que los creadores de la patente propusieron una moratoria para prohibir su uso en humanos. Él, propone extenderla a todos los organismos vivos, entendiendo al humano como integrante de una biosfera.
El segundo bloque contó con un nuevo panel de expositores y tuvo como eje de reflexión la temática de la Inteligencia Artificial.
Cuando uno piensa en inteligencia artificial se traslada casi inmediatamente a películas como “Terminator” o “Matrix”, que tienden a una mirada apocalíptica asociada a esta área de la tecnología. Como poco, uno piensa en un robot.
No obstante la inteligencia artificial se trata de robots lógicos, no necesariamente físicos.
Se trata de la capacidad que tiene un programa de computación para establecer relaciones entre datos que se le han proporcionado previamente, y encontrar patrones que a nosotros como seres humanos nos costaría encontrar, sobre todo porque nos cuesta salir de nuestros métodos aprendidos de análisis. Esto lo dijo María Ines Fariello, licenciada en matemática (Udelar), que realizó una maestría en Matemática Aplicada, opción Probabilidad y Estadística en Toulouse.
Ahí Fariello empezaba a desvelar el que es el mayor eje de preocupación, el tema ético. Este tema tiene muchas aristas en este campo tecnológico, pero antes de entrar en eso, uno de los cuestionamientos que surgió desde el público fue el de solicitar ejemplos cotidianos, prácticos, en los que se esté utilizando la inteligencia artificial.
Ignacio Maglio, abogado, procurador (UBA), diplomado en Salud Pública y Jefe del Departamento de Riesgo Médico Legal del Hospital Fco. Javier Muñiz, puso sobre la mesa el hecho de que este tipo de tecnología ya está siendo ampliamente aplicada en nuestra vida cotidiana, y que la falta de información respecto a la misma es preocupante. Los filtros de aplicaciones como snapchat o instagram utilizan esta tecnología, el traductor de google o el mapa de Waze.
Justamente, que esté tan difundida y al mismo tiempo sea tan poco conocida por la sociedad en general, es lo que genera preocupación. Maglio, sin dejar de reconocer los enormes beneficios asociados a la aplicación de la inteligencia artificial, destacó sobre todo las preocupaciones en el campo ético.
Maglio agregó que si les damos insumos inadecuados, la inteligencia artificial llegará a resultados correctos para insumos inadecuados. Es el gran problema de las bases de datos, que ya contienen los sesgos propios de nuestras sociedades, sobre los que debemos trabajar.
Ahora, el dilema ético no se centra sólo en la forma de trabajar que tiene la propia inteligencia artificial, sino también en la ética de quién la diseña pensando en que utilidad darle y en este sentido también, de quién la consume.
Actualmente quienes están detrás del desarrollo de este tipo de tecnologías son grandes empresas que no están reguladas eficientemente por los organismos competentes.
En este sentido se expresó Omar Reyes, Investigador postdoctoral en el departamento de Brain + Cognitive Sciences en el Massachussets Institute of Technology (MIT), citando como ejemplo el caso de Facebook y Cambridge Analytica.
Finalmente los investigadores y divulgadores científicos destacaron a la inteligencia artificial como una herramienta de inclusión, que depende para ser tal, del uso correcto por parte de los humanos.
Texto e informe de Juan Vique.