Julio Ángel Fernández nos explica la importancia de estos hallazgos. La Academia Sueca de las Ciencias premió a tres astrónomos. La mitad del premio fue para Roger Penrose, por demostrar que la formación de agujeros negros es una predicción de la teoría de la relatividad, y la otra mitad para Reinhard Genzel y Andrea Ghez, por comprobar la existencia de un agujero negro en el centro de nuestra galaxia.
El astrónomo y profesor de la Facultad de Ciencias (Udelar), Julio Ángel Fernández, dijo a SobreCiencia que en las últimas décadas se ha premiado a varios astrónomos con el Nobel, y opinó que esto se da porque en la astronomía, la astrofísica y la cosmología, están las interrogantes más interesantes del mundo físico, donde pueden surgir descubrimientos removedores.
“Los Nobel no se otorgan a trabajos puramente teóricos, por eso Stephen Hawking nunca recibió el premio, sino que exigen no solo teoría sino que tengan una base experimental observacional”, acotó.
Fernández dijo que Roger Penrose, profesor de la Universidad de Oxford y que trabajó junto a Stephen Hawking, es reconocido por su trabajo en física matemática y por sus contribuciones a la teoría de la relatividad general y a la cosmología, subrayando que es “pionero en ese campo”.
Sobre el descubrimiento de la existencia de un agujero negro en el centro de la Vía Láctea realizado por Andrea Ghez (profesora de la Universidad de California en Los Ángeles y cuarta mujer en ganar un premio Nobel de Física), y Reinhard Genzel, (director del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania), Fernández dijo que fue la confirmación de algo que en momento parecía sorprendente.
“Un agujero negro es una estructura predicha ya hace muchas décadas, dónde la gravedad se hace tan intensa que no hay fuerza capaz de contrabalancearla, entonces, el colapso se produce en forma indefinida. Por ejemplo, en una estrella como el sol eso no ocurre, porque la gravedad está contrabalaceada por la presión del gas que forma el material del propio sol” explicó Fernández.
El astrónomo aclaró que los agujeros negros no se pueden detectar directamente, pero se los encuentra buscando efectos indirectos sobre la materia que esté cerca de los mismos. Fernández destacó la importancia de este descubrimiento y explicó lo complejo que es observar el centro de la galaxia.
“Uno piensa que podría ser sencillo comprobarlo, pero no es así, no es tan fácil observar hacia el centro de la galaxia, hay que hacerlo en regiones, en infrarrojo, no se pueden hacer desde la superficie de la tierra, y si se hace, se hace desde sitios muy específicos, con un clima muy especial, por ejemplo en el desierto de Atacama, dónde está el radiotelescopio ALMA. Si nosotros desde el sistema solar miramos al centro de la galaxia, no lo podemos ver porque hay mucha materia, mucho polvo que interfiere y no nos deja observar”, detalló.
Texto: Alexandra Perrone