Investigan en Tacuarembó planta nativa para obtener producto biotecnológico de impacto global

Entrevista a María Cristina Olivaro.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   María Cristina Olivaro es investigadora de la Universidad de la República (Udelar) y desarrolla su tarea en el Espacio de Ciencia y Tecnología Química del Centro Universitario de Tacuarembó. Actualmente cuenta con el apoyo del Fondo Vaz Ferreira para la investigación de la estructura química de la saponina obtenida de la planta nativa Quillaja brasiliensis.

Esta especie nativa se encuentra en el norte de Uruguay, en el noreste de Argentina, en el sur de Brasil y en el este de Paraguay. Olivaro contó a Sobreciencia que se ha comprobado que las saponinas obtenidas en la especie que existen en nuestro país tienen similitudes estructurales y funcionales con las producidas por la Quillaja saponaria chilena, fuente principal de saponinas utilizadas en vacunas a nivel mundial.

“Nosotros comprobamos que la Quillaja brasiliensis tiene saponinas y con actividad inmunoadyuvante comparable a la especie chilena. La estamos estudiando como una fuente alternativa a los productos comerciales que vende Chile. Un adyuvante es un componente que va en las formulaciones de las vacunas. Al día de hoy se puede decir que el éxito o fracaso de una nueva vacuna depende del adyuvante que lo acompañe”, explicó.

“Lo que hace el adyuvante —agregó Olivaro— es que aumenta la respuesta inmune, da una protección efectiva. El objetivo de este proyecto es caracterizar las saponinas que se obtienen de la especie. Al conocer la estructura química, podemos entender después los mecanismos de acción y diseñar adyuvantes de vacunación que sean efectivos y competitivos con los que están actualmente en el mercado”, explicó.

La científica agregó que un primer paso para comenzar a estudiar la flora nativa, que es muy abundante en nuestro país, muchas veces es la validación de la información folclórica que existe.

Una de las principales formas es ir directamente a aquellas plantas que se sabe que sirven para algo, que se usan popularmente, porque tenemos más chance de encontrar resultados. Por ejemplo, si yo busco actividad anti bacteriana, tengo más chance de ir a aquellas que ya se sabe que sirven para algo, aunque no sea la propiedad que yo busco. Es validar ese uso tradicional. Esto se hace desde la Academia desde lo científico”, expresó.

Texto: Alexandra Perrone

Entrevista: Gustavo Villa

 

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