Se estima que 1500 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de afección por Helmintiasis. La investigadora del Laboratorio de Biología de Gusanos del Institut Pasteur de Montevideo Lucía Otero Larre Borges —cuyo laboratorio trajo a nuestro país al premio Nobel de Química 2008— contó a SobreCiencia que para poder estudiar Helmintiasis (enfermedad parasitaria causada por diferentes especies de gusanos) utilizan un modelo de gusano que se denomina Caenorhabditis elegans.
Las Helmintiasis son un problema para la salud humana y animal, y se estima que la cuarta parte de la población mundial padece este tipo de afecciones. Las mismas están presentes en poblaciones de bajos recursos, principalmente en países subdesarrollados. También es importante destacar que esta afección forma parte de la lista de veinte enfermedades desatendidas definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ocho de estas veinte enfermedades son ocasionadas por gusanos parásitos. Otero explico que Uruguay no escapa a esta problemática.
-“En Uruguay también es un problema. Entre niños es muy común, sobretodo en lugares donde hay problemas de saneamiento o poco nivel de higiene. Lo que estamos tratando de estudiar es cómo hacen los gusanos para sobrevivir adentro del cuerpo humano o de otros mamíferos, como el ganado ovino y bovino, que es también un problema grande en el sector productivo. Nos centramos en saber cómo hacen para ‘respirar’ y digo ‘respirar’ entre comillas porque no sería el término científico correcto. Son capaces de sobrevivir frente a la ausencia de oxígeno y queremos saber cuáles son los procesos que se dan para que esto suceda”, detalló.
La experta resaltó que la importancia de esta investigación, que cuenta con el apoyo del Fondo Vaz Ferreira, está, en primer lugar, en el aprendizaje de cómo funcionan estos organismos. Y en segundo lugar, en que una vez que se descubra qué afecta al parásito y cuál es la vía por la que “respira”; podría encontrarse una forma de combatirlo. Otero explicó que actualmente existen medicamentos con ese fin, pero aclaró que los mismos generan resistencia a los pocos años.
“Trabajar con parásitos es muy difícil porque es trabajar con ciclos, pero con este gusano, este modelo, es excelente para estudiar. En el laboratorio lo mantenemos en una plaquita que tiene como una gelatina con un poquito de bacteria con la que se alimenta. Y hacemos todos los mismos ensayos que haríamos con los parásitos de verdad, pero con este gusanito, que tiene muchísimas facilidades. Lo ponemos en una cámara sin oxígeno y observamos su comportamiento, podemos estudiar toda la parte bioquímica. Analizamos los genes, las mitocondrias”, explicó.
“Hemos encontrado, hemos tenido alguna pista que ciertos paradigmas que estaban planteados de cómo podían funcionar, en realidad no son tales. Encontramos que hay bastante más variedad dentro de los gusanos parásitos de lo que se creía inicialmente, pero de todos modos, nuestra idea es encontrar los puntos clave”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa