Los mecanismos de la muerte celular en la retina. Alicia Torriglia es una reconocida investigadora uruguaya en la diáspora. Está radicada en Francia y es directora de investigación en el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (Inserm) de París, más específicamente en el Departamento de Fisiopatología de enfermedades retinianas y aplicaciones clínicas.
Torriglia dejó nuestro país hace treinta años, luego de terminar su carrera en la Facultad de Medicina y de trabajar en el Departamento de Bioquímica. Fue a Francia a realizar su doctorado y se quedó en París porque allí conoció a su marido y formó su familia. Al Inserm entró por concurso y comenzó allí su carrera de investigadora.
En 2018 ha sido galardonada con el Premio Nacional de la Academia en Medicina de Francia por sus trabajos en muerte celular regulada mediada por la Serpina B1 y sus hallazgos sobre el daño provocado en retina por las luces LED, de enorme relevancia médica.
Entre otras actividades, actualmente participa como colaboradora del proyecto Grupos I+D financiado por Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de Silvia Chifflet (Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República).
La científica contó a SobreCiencia que en el año 2010 salió publicado un informe de la Agencia Francesa de la Seguridad de los Alimentos, del Medio Ambiente y el Trabajo, que hacía referencia a que la luz led podría provocar lesiones a corto o a largo plazo en el ojo.
“En realidad lo que ocurre, lo que llamamos las led blancas, son en realidad un diodo azul recubierto por una capa de fósforo amarillo. Y cuando el diodo se prende, activa la fluorescencia del fósforo amarillo y va a producir luz azul y luz amarilla, y nuestro cerebro va a interpretarla como luz blanca, porque la luz blanca propiamente dicha es policromática”, dijo.
“El problema es que es una luz relativamente rica en longitudes de ondas azules, las que puede llegar a nuestra retina, y estamos teniendo para la misma cantidad de luz, una energía más importante”, explicó.
Torriglia contó los resultados obtenidos tras la investigación en modelos animales, más específicamente, en ratones. Los mismos animales fueron expuestos el mismo tiempo y con las mismas condiciones a una lámpara fluorescente y una led. Se encontró que las lesiones de los ratones expuestos a la luz led fueron más importantes. También realizaron experiencias más sofisticados, calculando la dosis retiniana de luz azul y de luz completa que llega a la retina, y constataron en todos los casos que las lesiones fueron más importantes. Sin embargo, la científica aclaró que los resultados en modelos animales no pueden ser trasladados al hombre de la misma manera.
“Un elemento importante de nuestros resultados es que la retina neural está afectada, los fotorreceptores están afectados, pero el epitelio pigmentario de la retina que es una capa muy pequeña pero que cumple enormemente las funciones en el ojo, está afectada también. Y cuál es el asunto, esta capa del epitelio pigmentario está afectada en lo que se llama la atrofia macular ligada a la edad, que es una enfermedad que aumenta cada vez más en el mundo. Y esta enfermedad se produce porque la capa de la retina envejece, porque no se regenera. Nuestro razonamiento es que si con esta luz azul hacemos envejecer más esta capa, vamos a envejecerla más rápidamente”, dijo.
“Por primera vez en la historia de la humanidad, nos estamos iluminando en la noche con una luz de alta energía. No sé muy bien lo que puede ocurrir, porque para saberlo de forma certera, tenemos que hacer estudios epidemiológicos dentro de cuarenta años”, señaló.
“Cuando aumentamos la sensibilidad para ver mejor, aumentamos también la fototoxicidad, es decir la sensibilidad de las células a la luz es mayor”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa