La investigación involucra a la Facultad de Odontología (Udelar) y al IIBCE. Varios artículos científicos publicados por revistas arbitradas indican que el nuevo coronavirus ingresa a nuestro organismo utilizando una proteína específica que se encuentra en la superficie de algunas de nuestras células.
En marzo, la revista Science publicó una investigación que menciona el papel fundamental de la denominada enzima convertidora de angiotensina tipo 2, conocida como ‘ACE2’, por sus siglas en inglés. La proteína vírica del SARS COV-2, virus que provoca la enfermedad COVID-19, encaja en la ACE2 como un sistema de “llave- cerradura”, logrando así entrar a la célula e infectarla.
La ciencia mundial continúa trabajando para encontrar respuestas sobre la unión de estas proteínas, porque allí estaría la clave para encontrar una vacuna contra la enfermedad y el desarrollo de fármacos para aliviar sus síntomas.
Como un ejemplo más de trabajo científico multidisciplinario frente a esta pandemia, en Uruguay se está gestando una nueva línea de investigación entre la Facultad de Odontología de la Universidad de la República (Udelar), y el Instituto de
Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), para determinar la presencia de células en la mucosa bucal y nasal capaces de interactuar con el nuevo coronavirus.
SobreCiencia conversó con el doctor Ronell Bologna, uruguayo formado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien retornó al país a través del programa de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) para el retorno al país de científicos residentes en el extranjero.
Bologna es Profesor Titular (Grado 5) del Área Patología Molecular de la Facultad de Odontología (Udelar), área de la que está a cargo desde el año 2014 y desde la que se apuesta a la investigación y formación de recursos humanos especializados en patologías buco-maxilo-faciales.
Si bien son varias las líneas de investigación que se desarrollan en su laboratorio, la pandemia de COVID-19 ha planteado la necesidad de buscar respuestas vinculadas a su área de estudio, como es la pérdida del sentido del gusto, conocida como disgeusia.
“Una cosa interesante que se ve con la enfermedad COVID-19, es que la pérdida o la disminución del gusto se ve afectada en muchos pacientes que la cursan, un síntoma que se presenta de forma temprana, o sea, antes de que el paciente se agrave”.
“En base a esta evidencia, junto con el profesor Marco Meleti (Universidad de Parma, Italia), comenzamos a reunir información. Ellos tienen una gran experiencia, porque en Italia se reportaron muchos casos. Lo que estamos recabando son las historias clínicas de Parma, una base de datos con más de tres mil casos. Es concluyente que la pérdida del gusto se ha reportado antes de que se agraven los síntomas de la enfermedad, ya que es uno de los primero síntomas que aparecen”
“También encontramos que hay algunos pacientes que manifiestan algún tipo de lesiones en boca. Estamos tratando de recabar información para saber cuáles son las posibles lesiones en boca que se pueden presentar. No se han reportado muchos casos, pero sí hay algunos”, contó.
El científico agregó que buscan identificar por qué ocurre esa pérdida del gusto, y señaló que una teoría que manejan es que el virus, al tener afinidad con determinadas células epiteliales de la mucosa de la lengua, cause daño a las papilas gustativas que se ubican allí.
“Hace poco un grupo de investigadores en China describió que la mucosa de la cavidad oral tiene muchos receptores ACE2, que es donde se une el virus SARS-COV2.
Entonces, al manifestarse en la mucosa bucal y en la lengua una alta expresión de este receptor, puede ser este un factor que haga que la mucosa bucal sea un punto de entrada del virus, un punto de infección, de susceptibilidad”, expresó.
“Con el grupo de Italia también estamos viendo si efectivamente es en estas áreas donde hay más expresión de ACE2, hay asociación con lesión bucal en pacientes COVID- 19”, remarcó.
Proyecto con el IIBCE
Como forma de iniciar una línea de investigación nacional vinculada a la búsqueda de receptores proclives a SARS-COV 2 en mucosa bucal y nasal, Ronell Bologna comenzó a trabajar junto al doctor Miguel Arocena, integrante de la Cátedra de Bioquímica de la Facultad de Odontología e investigador asociado honorario del Departamento de
Genómica del IIBCE.
El equipo de científicos comenzara a trabajar utilizando un microscopio laser confocal LSM ZEISS 800, adquirido por dicho Instituto en el año 2017. En una primera etapa buscarán ubicar los receptores ACE2 en células de tejido de lengua y mucosa de pacientes sanos. En una segunda etapa, y en caso de que puedan acceder a muestras de
pacientes con COVID-19, compararán muestras entre pacientes sanos y que estén cursando la enfermedad.
Arocena dijo a SobreCiencia; que hasta ahora se sabe que hay dos proteínas que están en la superficie de algunas células que son utilizadas por el virus para ingresar al organismo. Entonces, la pregunta que surge, subrayó, es dónde se encuentran estas células capaces de interactuar con el virus.
“El SARS Cov-2 es un virus envuelto, recubierto por una membrana similar a la membrana de nuestras células. En esa membrana del virus se encuentra la proteína S, que interactúa con otra proteína presente en algunas de nuestras células, que es la llamada encima convertidora de angiotensina 2, ACE2, por sus siglas en inglés”, detalló.
“Después hay otra proteína que también se encuentra en la membrana de algunas células, que actúa modificando a la proteína S viral, haciendo que la envoltura del virus se fusione con la membrana celular. Al fusionarse ambas membranas, el virus ingresa a la célula y comienza a multiplicarse. Las proteínas que tienen que estar en la superficie de las células para que estas sean infectadas por SARS CoV 2, son la proteína ACE2 y otra enzima llamada TMPRSS2”, describió.
El científico agregó que existe evidencia preliminar que sugiere que esas células podrían estar en la mucosa nasal y la mucosa oral, y en los pulmones.
“Si bien todavía estamos elaborando esta propuesta, la idea es utilizar un microscopio confocal que está en el IIBCE para detectar células capaces de interactuar con el virus que causa COVID-19 y también nos interesa saber cuántas de esas células tenemos y si el número de células varia de un individuo a otro. Esta herramienta de microscopía nos
permite ver a las proteínas que están en la superficie de la célula”, explicó Arocena.
Investigación en odontología
Si bien la odontología en general a nivel mundial está vista como más técnica y no tanto enfocada a la investigación, en el área de Patología Molecular de la Facultad de Odontología llevan adelante varios trabajos en contacto con grupos de científicos de diversas partes del mundo.
Ronell Bolgna dijo que estudian todas las enfermedades de la boca a nivel molecular, y explicó que toda enfermedad sistémica se puede manifestar en boca.
“Enfermedades auto inmunes, neoplásicas como cáncer, infecciosas como VIH, todas tienen manifestación también en boca. Estudiamos estas enfermedades a nivel molecular para poder avanzar en la terapéutica molecular y buscar blancos terapéuticos que puedan ser útiles para aplicar un tratamiento”, agregó.
En el año 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la clasificación de varios tumores -entre ellos todos los tumores del área de cabeza y cuello- y dentro de esa actualización se incluyó un nuevo tumor denominado Tumor Odontogénico Primordial, cuya caracterización molecular fue realizada por el grupo que lidera
Bologna en colaboración con investigadores mexicanos, guatemaltecos y brasileños. Actualmente, en el laboratorio trabajan en varias líneas de investigación, entre ellas la profundización del estudio de este tipo de tumores.
Otra de las principales investigaciones que vienen llevando a cabo, tiene que ver con el diagnóstico precoz de cáncer por medio de saliva, un método no invasivo y accesible.
Esta investigación es conjunta con científicos de México e Italia. “Nosotros publicamos hace dos años junto con la Universidad de Guadalajara una investigación sobre la presencia de E-cadherina, una molécula que tiene muchas funciones, entre ellas la adhesión de células epiteliales. El nivel de E-cadherina aumenta en saliva cuando hay cáncer. Estamos estudiando las diferentes proteínas que se manifiestan en la saliva de pacientes con diversas enfermedades”, detalló.
El científico agregó que en otras partes del mundo existe la especialidad que aborda la investigación en odontología, que se denomina Patología y Medicina bucal.
“El odontólogo después de terminar la carrera, estudia cuatro años más y se especializa en diagnosticar esos casos de enfermedad sistémica o local en la región maxilofacial. Acá en Uruguay no hay, soy yo el único que lo estudié en México. La intención que tenemos en conjunto con las Cátedras de Anatomía Patológica y la de Patología y Semiología de la Facultad, es crear esa especialidad en la carrera, una especie de postgrado. Formaríamos a la primera generación, que serían los mismos docentes que están dentro de las cátedras. Con esa especialidad, el mismo odontólogo ya tendría el aval institucional para hacer un diagnóstico histopatológico”, concluyó.
Alexandra Perrone