Investigadores del Institut Pasteur y de Facultad de Ciencias presentaron los resultados de los coronavirus identificados en 10 de los primeros pacientes con COVID-19. Las primeras cepas de coronavirus podrían haber ingresado desde fines de febrero de España y Canadá. A estas se les sumaron, durante la primera semana de marzo, otras cepas procedentes de Australia. Así reveló el estudio realizado por investigadores del Institut Pasteur y de Facultad de Ciencias de la Udelar, que secuenciaron el genoma de los coronavirus identificados en 10 de los primeros pacientes con COVID-19 confirmados en Uruguay. Gregorio Iraola, responsable del Laboratorio de Genómica Microbiana del Pasteur, y líder del grupo de trabajo, dijo a SobreCiencia que cepas similares a las introducidas desde España se detectaron en Chile, lo que indica la propagación del virus en la región. En tanto, las cepas uruguayas no están relacionadas a las de otros países de la región como Ecuador, Brasil y Argentina.
De las 10 cepas analizadas en Uruguay, siete tienen posible origen en España y pertenecen a una variante que ha adquirido mutaciones específicas y que circula en todo el mundo.
“Estos pacientes fueron diagnosticados entre el 16 y el 19 de marzo, durante la primer semana de la epidemia de COVID-19 en Uruguay, ya que el primer caso se detectó el 19 de marzo. Los pacientes eran de Montevideo. El análisis de estos genomas nos permitió encontrar las principales rutas de ingreso del virus al país, y determinar las probable eventuales ventanas temporales en las cuales el virus ingresó.
Hubo tres introducciones independientes del virus a Uruguay desde tres continentes distintos, ya que encontramos una introducción desde España, es decir desde Europa, otra desde Norteamérica, específicamente desde Canadá y otra de Australia. Con nuestros análisis pudimos determinar que el virus pudo haber ingresado sobre finales de febrero hasta principios de marzo. Estos análisis nos devuelven una probabilidad de fechas, para la cual tenemos una confianza más alta. Esa ventana de fechas va desde el 20 de febrero a la primera semana de marzo“, detalló Iraola.
El científico dijo que la investigación continua, ya que están secuenciando más casos. Destacó que estos primeros resultados son una foto de lo que sucedió al comienzo de la epidemia en Uruguay, cuando había casi 100 casos confirmados.
Iraola remarcó que continuar secuenciando y teniendo representación de otros cosos va a permitir contestar otras preguntas, como por ejemplo cómo ha sido el movimiento del virus dentro de Uruguay y cuántos virus genéricamente relacionados podemos encontrar en nuestro país, y si estos se asocian a distintos eventos que han sucedido.
Agregó además que el análisis también detectó algunos cambios locales específicos.
“En los genomas de los virus uruguayos ya encontramos algunas mutaciones propias que los diferencian de los virus de otras regiones. Por ahora no sabemos que impacto pueden tener estas mutaciones, pero estudios futuros nos podrán decir si algunas de ellas pueden llegar o no a tener un impacto en la virología del virus y específicamente en el desarrollo de la enfermedad”, señaló.
El experto remarcó la importancia de conocer la variabilidad genética del virus, ya que puede ser utilizada para responder asuntos vinculados a las estrategias terapéuticas.
Junto a Iraola, participaron Pilar Moreno y Gonzalo Moratorio (pertenecientes a Facultad de Ciencias y al Institut Pasteur de Montevideo). También, las investigadoras Florencia Díaz Viraque, Cecilia Salazar y Maríanoel Pereira.
Texto: SobreCiencia
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