El primer microscopio de dos fotones del país, comenzará a funcionar este año. El investigador Leonel Malacrida se encuentra en nuestro país ultimando los detalles para trabajar en lo que será la instalación de una tecnología que permitirá profundizar en la investigación biomédica.
El científico fue uno de los que conversó con SobreCiencia el pasado año dentro del ciclo de científicos uruguayos en el exterior cuando anunció la llegada a nuestro país del primer microscopio bifotónico.
En esta nueva charla Malacrida anunció la creación en el Hospital de Clínicas de una nueva unidad que dará contexto a esta tecnología. El experto viene de trabajar en el laboratorio para dinámica de fluorescencias (Laboratory for Fluorescence Dynamics) de la Universidad de California (Irvine); y trae sus conocimientos adquiridos tras ganar el financiamiento del “Programa de fortalecimiento del equipamiento de investigación en los servicios de la Universidad de la República”. Un programa de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (Csic-Udelar).
Esta financiación permitirá que el Hospital de Clínicas cuente con el primer microscopio de dos fotones con resolución de tiempo de vida (FLIM-FCS), una tecnología que hasta el momento no existe en Uruguay y es escasa en Latinoamérica.
“Este proyecto está codirigido también por el jefe del Departamento de Fisiopatología, el profesor Javier Hurtado, y por mí. Y él decidió generar una unidad en el Hospital de Clínicas, que se va a llamar ‘Unidad de Microscopia Avanzada y Bifotónica’, que va a dar contexto a este microscopio. Eso tiene varias cosas interesantes y es que se genera un espacio físico de referencia que viene a sumar a un área de microscopía que tiene una tradición enorme en Uruguay”, dijo.
Malacrida explicó que las primeras experiencias con microscopía bifotónica fueron a principios de los años noventa, y uno de los pioneros fue Enrico Gratton, con quien trabaja en California, Estados Unidos. Detalló que este microscopio tiene como ventaja la posibilidad de utilizar luz, que es menos dañina para el tejido, ya que usa dos fotones con la mitad de la energía que se utilizaría en condiciones normales (con un solo fotón).
“Como la luz viaja a través del tejido y tiene obstáculos en el tejido, la luz infrarroja de alguna manera tiene menos obstáculos que la luz azul. Puede viajar hacia mayor profundidad, porque hay menos moléculas que la absorbe y menos dispersión de la luz, lo que es muy útil para trabajar in vivo, y poder, por ejemplo, hacer microscopia in vivo dentro de un cerebro o dentro de un órgano”, detalló.
Agregó además que con este microscopio se podrá medir el tiempo de vida de una molécula y las fluctuaciones de las moléculas dentro de las células.
“Te permite hacer otras cosas con esos láser, que son láser pulsados, y dentro de esos espacios de luz podemos medir cosas, podemos medir por ejemplo el tiempo de vida de una molécula. Eso permite cuantificar aspectos biológicos del tejido que estamos estudiando, de la célula, del espacio subcelular, etc”.
Malacrida contó que junto con el doctor Andrés Kamaid del Institut Pasteur de Montevideo, comenzaron a trabajar en un proyecto para desarrollar una red latinoamericana de microscopía. Sería financiada por el Fondo Conjunto de Cooperación México-Uruguay a través de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI).
El objetivo es consolidar la investigación en el área que existe en diferentes instituciones públicas y privadas de Uruguay, que se suma a un ida y vuelta con el Laboratorio Nacional de Microscopia Avanzada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Cuernavaca.
El proyecto también incluye la construcción de microscopios para escuelas y liceos de nuestro país. Malacrida dijo que el objetivo fundamental en esta primera etapa es que el microscopio bifotónico sirva de escuela para la generación de recursos humanos.
“Estamos en proceso de adquisición de todas las partes. En noviembre me gustaría que tengamos el primer workshop, creo que la tarea más importante ahora es enseñar para que sirve. La meta es que en noviembre el microscopio tiene que estar funcionando. Yo creo que lo fundamental es ser transdisciplinario, una palabra no tan nueva, pero que recién empieza a resonar y que sobrepasa lo multidisciplinario e interdisciplinario, porque genera una disciplina nueva, dónde ya uno pierde las referencias. No me acuerdo si soy bioquímico o si soy físico o médico. Yo creo que la palabra que une a esta disciplina, sería la biofotónica”, señaló.
“La conexión de par a par de colegas, respetando el espacio del otro y encontrar en eso un bien común, es muy importante. Uruguay ha logrado con creces consolidarse fuertemente en algunas áreas y colaborar con el mundo de igual a igual”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa