Ciclo 8M SobreCiencia pone foco en las mujeres científicas de Uruguay. Viviana Heguaburu es doctora en química y se desempeña como profesora adjunta del Departamento de Química del Litoral del Centro Universitario Regional Litoral Norte, en Paysandú.
Allí dirige una línea de investigación en el área de Química Fina y Manejo Integrado de Plagas, que consiste en la preparación de feromonas para el monitoreo y control de plagas, con el objetivo de disminuir el uso de plaguicidas en los cultivos, fundamentalmente frutales. Se investiga su uso para monitorear la presencia de algunos insectos dañinos en cultivos intensivos.
Heguaburu explicó en SobreCiencia que las feromonas son señales químicas que emiten los insectos para comunicarse dentro de una misma especie y que particularmente las feromonas sexuales son las que median el apareamiento. Estas feromonas pueden ser utilizadas para ver el estatus de una plaga, o directamente para el control de la plaga, evitando así el uso de insecticidas.
“Hemos tenido un proyecto financiado por el Instituto de Investigación Agropecuaria (INIA), que terminó hace poco, que era para el control de lagartitas de manzanos. Trabajamos en montes de manzanos en conjunto con productores que están en el Programa Manejo Regional de Fruta de Hoja Caduca y tuvimos resultados muy alentadores en términos de control directamente de la plaga con esta tecnología de feromonas”, contó.
“La técnica utilizada es la de confusión sexual, que consiste en esparcir las feromonas en el campo de manzano, y que estas lagartitas se confundan. El macho busca pistas de la hembra, pero al estar el campo inundado de feromonas, pierde la pista real de la hembra, entonces nunca llega a darse el apareamiento”, detalló.
Heguaburu agregó que hace muchos años que se viene trabajando con esta técnica ya que las feromonas tienen la ventaja de ser muy específicas y no dañan abejas ni otro tipo de insectos benéficos. Sin embargo, agregó que justamente esta especificidad tiene el efecto de que otras plagas empiezan a ganar terreno.
La experta dijo que con el Programa Regional de uso de Hoja Caduca se bajó mucho el uso de insecticidas, lo que permitió colocar la fruta en mercados europeos que son muy exigentes en cuanto a los residuos de pesticidas. También mencionó que este sistema se aplica en principio a cultivos restringidos ya que llevarlo a cultivos de mayor extensión, como puede ser la soja, es un desafío mayor por los mayores costos que implica.
“La idea es ir bajando sus costos de a poco pero también tiene que haber como un cambio de mentalidad. Se necesitan algunas medidas complementarias como para llevar el uso de pesticidas a cero”, agregó.
Consultada sobre cómo percibe las oportunidades en su carrera científica desde su condición de mujer y trabajando en el interior del país, Heguaburu respondió que sí existe un tema de región que hace que las cosas sean “más cuesta arriba”.
“Estamos inmersos en un sistema académico en el que se basa todo en los méritos para las promociones, la equidad de salario; no es que se sienta tanto en el sentido de la carrera académica, aunque los números que se manejan hablan por sí solos”, agregó.
“No sabría decirte si hay una gran diferencia en cuanto a las regiones, pero sí, por ejemplo, algo muy bueno que se hizo aquí —en la Estación Experimental Mario Cassinoni (EEMAC)— es crear una guardería para hijos de funcionarios, estudiantes y docentes. Algo muy importante, porque nosotros estamos bastante alejados de la ciudad de Paysandú, y tener la guardería dentro de la estación es muy bueno. Ha facilitado pila; un gran logro para las madres”, expresó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa
