Entrevista a la diseñadora industrial Carolina Rava y a la licenciada en comunicación Andrea Ferreira. Carolina hace mucho tiempo que trabaja con vidrio, tiene un emprendimiento de reciclaje de botellas que no tienen devolución (Amorfius) como las de vino, y de ahí surgió crear esta iniciativa de reciclaje con residuo de vidrio industrial.
Sólo en Montevideo se desechan al menos 123 toneladas de vidrio plano al año siendo que es 100% reciclable.
Andrea y Carolina se embarcaron en este proyecto con el apoyo de la Fundación Julio Ricaldoni de Facultad de Ingeniería, y lo postularon al Instrumento de Validación de Idea Técnica y de Negocios de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE), y su proyecto fue elegido.
Los 3 productos a desarrollar son: vidrio para cerramientos, traslúcido pero no transparente, que pueden utilizarse en mamparas de baño o para sustituir vidrios fantasía; placas gruesas de vidrio reciclado para utilizar como mesadas de cocina que sustituyan al granito y azulejos para revestir paredes.
La etapa de validación de estos materiales ya finalizó y obtuvieron los primeros resultados que fueron muy positivos para el emprendimiento.
Las pruebas, que consistieron en comparar estos productos de vidrio plano reciclado con los que existen actualmente en el mercado, fueron de flexión e impacto y rotura, y se realizaron en el Instituto de Ensayos de Materiales de Facultad de Ingeniería (Udelar).
Encontraron que la placa de vidrio reciclado (mamparas y vidrio fantasía) se comportaron tres veces mejor en flexión y casi igual en rotura e impacto que las placas de vidrio plano.
Los azulejos de vidrio se comportaron igual que las cerámicas, tanto en flexión como en rotura e impacto, mientras que las placas de vidrio reciclado gruesas, se compararon con el granito, el granito se mostró mejor en rotura e impacto, pero el vidrio reciclado se comportó tres veces mejor en flexión.