Preocupa el avance del Capín Annoni

INIA trabaja con especies nativas para combatir esta planta exótica invasora.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Capín Annoni (Eragrostis plana) es una especie exótica invasora, una gramínea proveniente de África del Sur, introducida de forma accidental en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, en la década del 50. Genera doble daño: uno ecológico y otro productivo en los predios que explotan ganado. Actualmente tienen mayor presencia en los departamentos de Artigas, Rivera y Cerro Largo, y su expansión preocupa.

En Uruguay, las primeras plantas fueron encontradas en la década del 80. Hoy se las puede encontrar fácilmente en las banquinas de rutas y caminos, así como en varios campos que ya están invadidos por esta especie. La doctora en biología Anaclara Guido y la ingeniera agrónoma Amparo Quiñones, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), explicaron que se llama especies invasoras a organismos introducidos por el ser humano en lugares que están fuera de su área natural.

Una vez introducidos, estos organismos pueden establecerse en un nuevo ecosistema y lo hacen de forma rápida, ya que en su nuevo ambiente no cuentan con sus enemigos naturales. “Esa introducción por el hombre puede ser de forma accidental, por ejemplo en aguas de lastre que viene en los barcos —como pasó con el mejillón dorado— o intencional, cuando se trae una especie con algún fin determinado, como por ejemplo la rana toro en Uruguay para la producción de carne”, expresó Guido.

En el caso del Capín Annoni, fue introducida de forma accidental, pero algunos productores brasileños, promovieron su siembra de una forma intencional”, agregó.

Por su parte, Quiñones explicó que uno de los principales promotores de esta especie fue Ernesto Annoni, y de ahí deriva su nombre común: Capín Annoni.

Contó que con el pasar de los años, los productores brasileños se dieron cuenta que esas ventajas que en teoría presentaba sobre las especies nativas no eran reales, y en el año 1979 la declararon maleza prohibida.

La científica explicó que esta especie genera doble daño, uno ecológico y otro productivo a nivel ganadero. “Produce problemas porque la ganancia de peso de los animales, el desempeño productivo en un campo que tiene Capín Annoni es notoriamente inferior a un campo que tiene nuestras especies de pastizales naturales. Además, al ser una especie fibrosa de baja calidad, genera desgaste de los dientes de los animales, lo que acorta su vida productiva porque pierden sus dientes”, explicó.

Quiñones subrayó que en nuestro país esta especie no fue sembrada con la misma abundancia que en Brasil, y destacó que uno de los principales factores que inciden en la longevidad de una semilla es la profundidad en la que está enterrada. Dijo que una semilla que está a nivel de la superficie del suelo puede durar tres años, mientras que una enterrada puede durar hasta 20 años, viva y con potencial germinativo.

 

 

Respecto a la estrategia para combatir a Capín Annoni, las expertas detallaron varias estrategias. “La estrategia con esta especie tiene varias aristas, primero es conocer donde está. En ese sentido la Dirección General de Servicios Agrícolas del MGAP, hace relevamientos de rutas y caminos, y lo mapean. Y en esos resultados que ellos publican frecuentemente, muestran que en la zona norte del país; Artigas, Rivera y Cerro Largo, son los que tienen mayor presencia de Capín Annoni en rutas y caminos. Pero no son los únicos departamentos, se nota un avance en el litoral y en el último año en la zona este la estamos viendo con más frecuencia.

La segunda es concientizar y difundir la problemática, estar alertas para poder manejar esta especie. Cuanto antes se detenga la invasión, mejor. Existen herbicidas que pueden ser utilizados, pero se exige un manejo planta a planta, que debe ser reiterado en el tiempo. Ahora cuando ya está en la fase de expansión y dominio de la especie, es mucho más complejo y más caro. El problema debe ser detectado en sus etapas para poder manejarlo. Arrancar la planta es muy difícil, debido a que es fibrosa, y además se corre riego de expandir las semillas en la superficie”, explicó Quiñones.

Para combatir esta especie se utiliza el glifosato, que se aplica principalmente con mochila. Eso debe ser complementado con un manejo del pastoreo que promueva el crecimiento de las especies vegetales.

La experta anunció que desde el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se están evaluando algunas líneas de trabajo con especies nativas, como Paspalum notatum INIA Sepé, con la que están obteniendo resultados alentadores.

Para una detección temprana de Capín Annoni, las expertas recomendaron a los productores hacer monitoreo y control en lugares como los bordes de los alambrados, los caminos, las porteras, los embarcaderos, las mangueras de trabajo o los trillos de los animales, ya que esta especie aparece de forma gradual, y este tipo de lugares son los que la planta invade primero. Otra práctica de prevención es tener en cuenta la procedencia de los animales que se compran, ya que si vienen de un campo con este tipo de planta, es probable que las semillas lleguen con los animales, ya que sobreviven en el tracto digestivo y quedan adheridas a pelos y uñas.

Trabajamos con el Plan Agropecuarios, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, la Facultad de Agronomía, la Facultad de Ciencias, estuvimos trabajando en seis departamentos del país, y en conjunto con varias intendencias. Vemos un cambio en la receptividad al hablar de este tema, somos muchos los que estamos trabando”, concluyó Quiñones.

Texto: Alexandra Perrone

Entrevista: Gustavo Villa