El Premio fue para los científicos estadounidenses David Julius y Ardem Patapoutian. Entrevista a la neurocientífica María Castelló. La investigación desarrollada por Djulius se basó en el uso de capsaicina, un compuesto picante de los ajíes que induce una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor. Mientras que Ardem utilizó células sensibles a la presión para descubrir una nueva clase de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos.
En SobreCiencia hablamos con la Dra. María Castelló , neurocientífica, (IIBCE) explica en qué consisten los hallazgos premiados con el Nobel de Medicina 2021.
“Es un momento muy especial para las neurociencias, es todo un acontecimiento que se reconozcan avances en esta área del conocimiento, como un premio Nobel compartido”, expresó.
“Este tema de la percepción del dolor, la temperatura y el tacto, va a un tema central de las neurociencias y de la filosofía, que tiene que ver con la conciencia de los seres vivos de sí mismos y del mundo. El tacto y sobre todo la percepción del propio organismo y su ubicación en el espacio, tienen que ver con estos receptores que descubrieron estos investigadores. El descubrimiento esencial tiene que ver con los receptores que están involucrados”, detalló.
“Los sistemas sensoriales se basan en receptores que están en el organismo que detectan determinadas formas de energía y las traducen en impulsos nerviosos. Eso ocurre a nivel de células particulares, y en células particulares, ocurre a nivel de la membrana, y en la membrana de esas células el fenómeno está mediado por proteínas de membrana, que en este caso, tanto para el tacto como para el dolor, está mediado por canales iónicos, que al abrirse, generan corrientes que excitan a la célula”, detalló.