La movilidad eléctrica en el transporte masivo, como el público y el de carga, ya es un modelo de negocio rentable desde el punto de vista económico.
El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) lidera un grupo interinstitucional enfocado en las potencialidades del transporte eléctrico en el que participan el Ministerio de Transporte, el de Economía y el de Medio Ambiente; UTE, Ancap y las intendencias departamentales.
El economista Ruben García, integrante de la Dirección Nacional de Energía del MIEM, dijo a SobreCiencia que el objetivo es apuntar fuertemente a los sectores en los que el consumo es masivo. Están en esa categoría aquellos cuyos vehículos recorren más de 100 kilómetros por día como es el caso de ómnibus, taxis y utilitarios para empresas.
“El cambio de la matriz generó una oportunidad en generación eléctrica más eficiente y más barata y también una generación renovable que permitió diversificar la matriz bajando los costos. Esta matriz eléctrica nueva nos da una oportunidad para el transporte eléctrico y para la industria. Los números son muy buenos, si analizamos la tecnología para los ómnibus eléctricos como para los taxis, nos da que los rendimientos que han tenido son muy similares a los teóricos y los comportamientos permiten asegurar que ya es rentable realizar el cambio”, explicó.
García agregó que se está trabajando en dos proyectos que se desarrollarán a mediano y largo plazo para aumentar el uso de vehículos eléctricos específicamente en el transporte público.
“Comenzamos con la fase piloto en los taxis eléctricos y ya estamos en la segunda fase, esperamos que para fin de año sean 24 taxis. Y en el caso de los ómnibus la idea es masificar los pilotos que tenemos en todas las empresas de transporte, urbanas y suburbanas, trayendo cinco unidades nuevas y contribuyendo con la tercera parte del valor. Paralelo a eso, y ya más a largo plazo, estamos trabajando con lo que se denomina línea verde, que permite financiar cerca del 40% del costo de la unidad a una tasa muy blanda. Queremos llegar a 100 ómnibus eléctricos para el año 2020”, detalló.
García explicó que la movilidad eléctrica es un modelo de negocio distinto, en el que si bien se necesita una inversión inicial mayor a la hora de adquirir la unidad eléctrica, el costo por kilómetro recorrido es entre siete y ocho veces más barato.
“Por ejemplo, en el caso de los ómnibus, estamos hablando de un costo de entre 400 y 450 mil dólares la unidad; cuando un ómnibus de plaza está entre 120 y 150 mil dólares. Entonces yo necesito una inversión inicial mayor, pero el kilómetro que recorro en ese ómnibus, me sale entre siete y ochos veces más barato, por el costo del combustible. Es decir, el repago que yo voy a hacer de esa primera inversión, lo voy a hacer a medida que recorro los kilómetros. En esto hay muchas externalidades, si yo realizo una inversión en el ómnibus, mi variable combustible va a pesar siete veces menos, entonces, no sólo dejo de depender del precio del barril, sino que a su vez mi negocio ya no es de capital fijo, no tengo que pagar más la cuota diaria del precio del combustible, porque ésta se redujo a la séptima parte. Hay un cambio de modelo también, mucho más consolidado, que en el mediano y largo plazo genera una baja en cuanto a los costos de inflación”, explicó.
La matriz eléctrica
García hizo referencia a la alimentación energética (carga de batería) y explicó que los tiempos de carga son diferentes de acuerdo al tipo de vehículo. En el caso de los taxis, el tiempo aproximado de recarga de las baterías es de dos horas y media, de los utilitarios una hora y de los ómnibus cinco horas.
“Nosotros estamos trabajando en un transporte que fundamentalmente lo que busca es cargar durante la noche, aprovechando la matriz eléctrica, para luego usarlo durante el día. Hay que tener en cuenta que a mediados del 2018 vamos a finalizar con el cambio en la matriz eléctrica, con 1500 mega de potencia eólica, en una matriz como la nuestra en la que el consumo medio es de 1200 mega watts. El 60% de esa generación eólica se realiza entre las 12 de la noche y la siete de la mañana, entonces cuando tenemos una baja demanda de la energía, esa energía tiene una baja valorización. Apuntamos a poder utilizar esa energía para almacenarla en baterías para el transporte y luego consumirla a lo largo del día”, detalló el experto.
Uno de las cosas destacadas por García, es que estos proyectos a mediano y largo plazo están enfocados principalmente para el transporte público, con el fin de mejorar la calidad del servicio y los tiempos de respuesta.
También aclaró que para llegar a lo que se plantearon para el 2020, de tener una flota de 100 ómnibus, más cantidad de taxis y vehículos utilitarios, estarían dadas las condiciones de la red eléctrica de distribución, ya que no habría que hacer grandes obras.
“Esto está pensado no sólo para Montevideo, sino también para todo el país. Por ejemplo la Intendencia de Canelones está haciendo un llamado para cinco chapas eléctricas de taxis, también estamos trabajando con remises, principalmente en la zona del Aeropuerto de Carrasco y en la zona de centrales de despacho. También está la línea de vehículos utilitarios. A modo de ejemplo les cuento que UTE cuenta con sesenta vehículos eléctricos; y hemos comprobado que además de la autonomía, se pueden realizar determinadas cargas a lo largo del país pensando ya en el proyecto Ruta Eléctrica Verde. La Ruta Eléctrica Verde es una ruta con un puesto de carga cada 55 kilómetros. Esperamos que para el 2020 pueda estar en todo el país”, dijo.
García hizo referencia a los desafíos de aquí a futuro en esta materia, y planteó la movilidad eléctrica como una oportunidad para desarrollar una planta de armado automotriz en nuestro país, así como profundizar en una línea de trabajo para el aprovechamiento de las baterías de los vehículos una vez culminada su vida útil.
“La batería que tienen estos vehículos para la generación, por ejemplo, una batería de un ómnibus, tiene una vida útil de 15 años. Pero al año 15 la capacidad de la batería está en 70 o,75 %. Perfectamente UTE podría comprarle a estas empresas, generar un valor residual y almacenar la energía durante la noche para tener una mayor valorización durante el día. Esta línea de trabajo hay que profundizarla. Trabajar en esa lógica de ida y vuelta genera no sólo una oportunidad para el sistema eléctrico sino también una oportunidad para las empresas que invierten en esas tecnologías”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Foto: MIEM
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