Entre la Universidad de Delaware y el Smithsonian National Museum of Natural History. Mariana Di Giacomo supo que quería ser paleontóloga a los siete años, luego de ver las revistas que fueron consecuencia del furor de “Jurassic Park”, en 1993.
La científica trabaja actualmente en su doctorado y contó a Sobreciencia cómo fue que llegó a estar trabajando de lo que siempre quiso, en un Museo que tiene 146 millones de especímenes.
“Todo empezó en el 2011 cuando mi tutor, Richard Fariña, de Facultad de Ciencias nos llevó a todos a una salida de campo en Sauce, a lo que es el Arroyo del Vizcaíno, un sitio absolutamente maravilloso. Y empecé a hacer un montón de preguntas acerca de por qué los fósiles se comportaban de alguna manera y luego de otra manera cuando se sacaban del yacimiento. Y ahí decidí que quería estudiar algo más, y quería hacer mi doctorado en conservación de fósiles. Busqué algún lugar dónde podía aprender y terminé en la Universidad de Delaware, que es dónde estoy ahora. Por suerte, en la Universidad tienen como contacto a la conservadora del Museo de Historia Natural de Smithsonian, ella comenzó a contactarse conmigo, tomé algunas clases con ella, y ahora estoy acá, haciendo una pasantía hace dos años y medio”, relató.
La científica dijo que la conservación de fósiles no es algo fácil de hacer, y puso el ejemplo de lo que sucede en el Arroyo del Vizcaíno, ya que las características de los huesos de allí están justamente debajo del agua, empapadas. Y cuando se secan en algunos de ellos pueden aparecer pequeñas rajaduras o resquebraduras. Di Giacomo dijo que quizás no existe la información suficiente; y contó que justamente por eso se inclinó por estudiar más a fondo sobre la conservación de fósiles.
“Ha sido una experiencia absolutamente maravillosa, y ahora el año que viene, en el 2019, en junio, el museo abre de vuelta el hall de los fósiles, porque está cerrado desde el 2014. Eso implica tener que hacer un montón de actividades relacionadas con los fósiles que van a estar en exposición. Y yo he tenido la posibilidad de trabajar con un montón de ellos y es como un sueño hecho realidad”, contó.
Con respecto a la posibilidad de volver a Uruguay, la experta contó que trabaja con los científicos del yacimiento del Arroyo del Vizcaíno en forma remota, asesorando respecto a los nuevos métodos de conservación de fósiles que van apareciendo.
“Todavía no me visualizo en ningún lado, porque amo el yacimiento del Arroyo del Vizcaíno, y sigo trabajando en forma remota con la gente de Uruguay, pero también me interesa ayudar a otros de otras partes del mundo, no solamente de Uruguay o de Estados Unidos. Me encantaría poder ayudar a cuanta gente pueda. Por eso la presencia de las redes sociales tiene una ventaja. El otro día me contactó una persona que no sabía qué hacer con un hueso y yo le expliqué qué tenía que hacer para poder cuidarlo. Todavía mis planes están muy abiertos, y tengo que terminar el doctorado”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa