La importancia de mantener los ríos saludables para la supervivencia de los peces migratorios. El pasado 21 de abril se conmemoró el Día Mundial de las Migraciones de Peces (WFMD, por sus siglas en inglés), una celebración mundial coordinada por la World Fish Migration Foundation para crear conciencia sobre la importancia de los ríos saludables y los peces migratorios. Actualmente, la supervivencia de los peces y sus respectivos ecosistemas, se ven cada vez más afectados debido a la contaminación y a la construcción de presas.
SobreCiencia conversó con Marcelo Loureiro, docente del instituto de Biología de Facultad de Ciencias y doctor en ciencias biológicas.
“En materia de cuestiones de naturaleza, estamos bastante atrás todavía con respecto a otros países. Tal vez porque no hemos presenciado aún cambios drásticos, fruto de nuestra actividad. El día de los peces migradores se conmemora en cuatrocientos lugares del planeta y se realizan diversas actividades, dijo.
Loureiro explicó que una especie de pez es migradora cuando se mueve de un hábitat a otro diferente durante su vida de manera cíclica; generalmente uno de esos hábitat es de alimentación y otro de reproducción.
“Hay muchas especies de peces migratorios en Uruguay como la corvina rubia, la corvina negra, la burriqueta, que como adultos habitan alejados de la costa y en la época reproductiva se arriman a las desembocadura de los arroyos. Después tenemos al bagre marino que va del mar hacia las aguas interiores. Y después, dentro del agua dulce están el Sábalo, el Dorado, el Surubí, la Boga. Estos son los más conocidos, que son migradores sólo dentro del agua dulce y se piensa que su lugar de reproducción es el Rio Paraná abajo y que vienen al Rio Uruguay a alimentarse”, detalló.
El experto agregó que en el caso de la represa del Río Negro, del Palmar hacia arriba, se pueden considerar prácticamente extinguidos los peces migradores y explicó que si bien hay de vez en cuando algunos registros ocasionales en los que aparece algún individuo, esto no quiere decir que la población de estas especies hayan sobrevivido.
“Una causa de eso es que las represas del Río Negro no tiene pasajes de peces, ninguna del Río Negro se construyó con eso. Y además, de cualquier manera, los pasajes de peces no son una solución exitosa, porque las especies migradoras grandes no pasan por ahí. Además, hay muchos tipos diferentes de pasajes de peces. El que usa la represa de Itaipú parece ser el que mejor funciona de todos, que hace como un arroyo al costado de la represa, como un pequeño arroyito que va hasta el embalse. Dentro de los que se consideran pequeños migradores, que no pasan de los veinte o treinta centímetros, permanecieron del Palmar hacia arriba, no sabemos si cambiaron los hábitos o si hacen pequeñas migraciones ahí adentro, pero están. Pero los grandes de tamaño, los grandes migradores, no están más”, expresó.
El científico hizo referencia a los posibles impactos ocasionado con las grandes construcciones como la represa de Salto Grande.
“En esa época en la que se hizo la represa no había estudios de impacto ni estudios previos realizados de las migraciones. Lo que sí ha pasado en Salto es que como el tramo de la represa hacia la naciente del Río Uruguay es muy amplio ahí se mantienen los migradores, pero con un circuito sólo arriba de Salto, por lo que aparentemente habría partido las poblaciones en dos, pero no habría generado en una primera mirada una extinción de especies”, aportó.
Loureiro dijo que una forma de proteger estas especies sería crear algún tipo de pasaje, principalmente en las represas del Río Negro. Por otra parte opinó que criar este tipo de peces, reproducirlos y soltarlos en los lugares donde ya no están, no funcionaría ya que considera que no existen las condiciones ambientales para que puedan sobrevivir.
Texto: Alexandra Perrone
Foto: Arroyo del Lunarejo. Del libro “Guía de peces del Río Negro”.
Entrevista: Gustavo Villa