Cada uno busca, desde su lugar y su experiencia, en qué puede aportar, indicó Mónica Marín. El 13 de marzo marcó un quiebre. Fue un cimbronazo que no nos esperábamos”, afirmó la decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, Mónica Marín, en referencia a la llegada del covid-19 a Uruguay.
Fue cimbronazo, pero desde el verano en la Facultad había profesionales y grupos tratando de anticiparse a lo que era el avance mundial del coronavirus COVID-19, que por entonces todavía no era considerada una pandemia.
Marín indicó que desde un comienzo “la comunidad universitaria, con un profundo compromiso, pasión y entusiasmo”, se ha volcado a ver de qué manera podía ayudar.
“Es un momento de mucha creatividad, porque cada uno busca, desde su lugar y su experiencia, en qué puede aportar”, dijo a SobreCiencia.
Al respecto, destacó el aporte que ha significado, por ejemplo, en cuanto a cantidad de test, lugares de diagnóstico y formación; así como para poder visualizar el trabajo de la Universidad de la República y la Facultad de Ciencias.
Incluso señaló que el COVID-19 ha traído también “cosas muy positiva”, como el trabajo conjunto que han realizado instituciones como la Udelar, el Instituto Pasteur, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Texto: Web Radio Uruguay
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