“El lema de Don Clemente ‘todo el tiempo y todo el hombre’ era real. Tenía una idea muy clara y profunda de lo que era la vocación”

El IIBCE, uno de los principales ámbitos de generación de conocimiento de Uruguay, cumple en este 2022, 95 años.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  En SobreCiencia vamos a conocer el legado de Clemente Estable, biólogo, maestro y científico, quién fundó el Instituto que hoy lleva su nombre.

Para hablar de su legado, recibimos al Dr. Omar Trujillo, un investigador emérito, titulo que recibió por su contribución al desarrollo científico en el ámbito del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE).
Trujillo es reconocido por su trabajo en neurociencias, sus estudios relativos a circuitos neuronales y sus investigaciones sobre la capacidad neurogénica de la médula. Pero lo que lo hace que sea además un honor entrevistarlo, es que trabajó al lado de Clemente Estable, formó a científicas y científicos, y acompañó el crecimiento del IIBCE.

Yo me hice hombre y él se hizo viejo. Nos cruzamos en nuestras vidas, pasé toda mi actividad laboral en Uruguay trabajando con él. Dejó un espíritu peculiar que caracteriza al instituto y lo que llamamos el legado de Clemente Estable”, expresó.

Trujillo agregó que Estable era un hombre que tenía la capacidad de abarcar varios modelos biológicos, una característica que hoy sigue manteniéndose en el Instituto.

Don Clemente llegaba, se cambiaba, se ponía la túnica, salía de su escritorio y empezaba a visitarnos. Ahí iba hablando con los distintos investigadores. No solo se intercambiaba el quehacer científico, sino también el crear en ciencia.
Otra de las características de Don Clemente es que él vivía en el Instituto, su lema ‘todo el tiempo y todo el hombre’ era real. Tenía una idea muy clara y profunda de lo que era la vocación”, contó.

Trujillo, testigo de uno de los procesos más importantes de la ciencia nacional, reflexionó sobre el lugar de la ciencia en el Uruguay de hoy. Dijo que “es difícil que el pensamiento político llegue a madurar con la rapidez suficiente como para que países como el nuestro puedan acordar un ámbito legal y administrativo apto para el desarrollo de la ciencia. Ahí nos queda un trecho.
Yo, que tengo ya bastantes años, he encontrado en el campo de lo político excepciones, han habido personas y hay personas que tienen ese pensamiento, pero son escasas. Y que eso se plasme, yo creo que al Uruguay y a América Latina toda, le va a costar”, señaló.