Científica uruguaya dirige Centro de Biodiversidad del Museo de Historia Natural de Nueva York. Ana Luz Porzecanski culminó la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad de la República (Udelar) y tras conseguir una beca para estudiantes del extranjero, comenzó a cursar su doctorado en la Universidad de Columbia. Hace cuatro años, y tras quince de experiencia coordinando y liderando proyectos de desarrollo de capacidades de conservación y diseñando materiales de enseñanza para profesores universitarios, que es la directora del Centro de Biodiversidad y Conservación del American Museum of Natural History de Nueva York.
Ana Luz contó a SobreCiencia en qué se basa su trabajo de conservación de especies a través de la comprensión de la biodiversidad y cómo fue su camino para llegar a formar parte de un museo que tiene 34 millones de especímenes.
“Ha sido una mezcla de trabajo, de esfuerzo, de suerte y de gran apoyo de parte de mucha gente. Yo me formé en Uruguay, tengo una licenciatura en ciencias biológicas de la UdelaR y tuve mentores maravillosos allí. Inclusive, el doctor Enrique Lessa y varias personas que pasaron por su laboratorio. Ellos me entusiasmaron para buscar oportunidades para hacer un doctorado afuera, y uno de los lugares a los que me presenté fue efectivamente al museo, que tenía una beca especial para estudiantes internacionales. Eso te permitía hacer un doctorado en una de las universidades locales y trabajar con uno de los investigadores del museo. Y en 1996 me vine para acá a hacer el doctorado. Además, tenía un novio americano en ese momento, que es mi marido de veinte años ahora, y entonces como que todo apuntaba acá. Hice el doctorado en la Universidad de Columbia, que queda acá en Nueva York también, estudiando evolución de aves”, contó.
“Me mantuve en contacto con el Centro para Biodiversidad y Conservación y me contrataron cuando terminé el doctorado para ayudarlos a coordinar y manejar proyectos de capacitación y entrenamiento en conservación. El programa creció y eso me llevó a muchos lugares del mundo muy interesantes; y hace unos cuatro años, me convertí en la directora del centro”, repasó.
La experta dijo que es muy importante comprender cómo evolucionó la vida en la Tierra para entender por qué tenemos esta diversidad hoy en día en el planeta. Y conocer qué tipo de dinámicas, de ecosistemas han permitido que esta diversidad evolucione, para poder mantenerlas en el futuro.
El Centro para la Biodiversidad y la Conservación en la que trabaja Ana Luz tiene el objetivo de transformar el conocimiento desde diversas fuentes y perspectivas y abarca áreas de investigación científica, así como el conocimiento tradicional y local en acciones de conservación.
“Mi investigación al principio estaba muy enfocada a una mirada hacia el pasado, entender cómo habían evolucionado diferentes grupos de aves en Sudamérica a largo plazo, a una escala temporal zoológica. Pero en estos días me preocupa mucho más que va a pasar de acá para adelante y cómo podemos asegurarnos de que la diversidad puede seguir evolucionando y respondiendo a los cambios ambientales, sean naturales o sean creados por los seres humanos. Y lo que estamos haciendo de alguna manera los seres humanos es seleccionando especies que están mejor adaptadas a vivir con nosotros. Por ejemplo, hay especies de aves que casi desaparecieron de la ciudad de Nueva York. Después por esfuerzos de conservación regresaron y ahora están muy adaptadas a vivir en edificios y a alimentarse de presas que existen en la ciudad y han tenido un resurgimiento. Mientras que hay otras especies, especialmente organismos que viven en bosques, bosques tropicales, o humedales, que están muy adaptados a esos ecosistemas y que no les va a ir muy bien si empezamos a modificarlos, porque evolucionaron de forma muy específica con esos ecosistemas”, explicó.
La científica contó que actualmente trabaja gestionando y supervisando diferentes proyectos, que abarcan líneas de investigación desde cómo se van a adaptar los animales a los cambios climáticos hasta cómo las comunidades locales de seres humanos han aprendido a manejar los cambios climáticos y ambientales a los largo de milenios.
“Esto es una de las cosas que podemos hacer, entendiendo las procedencias evolutivas de los animales o las plantas, podemos proyectar cuál es el mejor, la mejor forma de ayudarlos, de sostener su forma de vida hacia el futuro. Una de las publicaciones que sacamos este año, que fue muy influencial, habla de cómo incorporar los valores culturales que tiene la naturaleza para estas comunidades en los objetivos de desarrollo sostenible que se están usando a nivel internacional por la ONU y otros. Muchos objetivos tienen que ver con cómo asegurarnos por ejemplo de que hay agua limpia, que la gente tiene acceso al agua, y muchas de las decisiones que tomen las comunidades tienen que ver con su cultura local y cómo usan esos recursos, y eso a veces no está reflejado en los indicadores que se usan para estos objetivos, y nosotros estamos trabajando para que eso sea más comprensivo”, agregó.
Respecto a si continúa el vínculo con nuestro país, Ana Luz destacó que si bien no tuvo la posibilidad de desarrollar un proyecto de investigación con Uruguay, aún se mantiene en contacto con sus colegas del Museo de Historia Natural en Montevideo.
Agregó que en sus primeros años tuvo la suerte de trabajar en programas con Bolivia y Perú, que la tuvieron muy en contacto con Latinoamérica.
“En los últimos años he liderado las colaboraciones del Museo con Cuba, que ha sido una experiencia maravillosa, hemos liderado expediciones, exhibiciones. Con Uruguay no he logrado desarrollar un proyecto de investigación o conservación, sin embargo me mantengo en contacto con los colegas del Museo de Historia Natural en el Montevideo, tratando de apoyar en lo que sea posible. Me encantaría explorar más opciones, si alguien que escucha el programa me quiere escribir, es fácil encontrarme en Internet”, dijo.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista a Ana Luz Porzecanski