Entrevista a Gonzalo Tancredi, astrónomo de la Facultad de Ciencias, Udelar. Vivimos en la atmósfera extendida de una estrella. El Sol, de hecho, se extiende más allá del disco que nosotros vemos, y se proyecta en lo que se llama la atmósfera solar. En esa atmósfera está inmersa la Tierra y también los otros planetas del sistema solar.
Esa atmósfera solar no está vacía. En ese espacio fluyen partículas atómicas y subatómicas como electrones, protones, que provienen del sol.
Este flujo de partículas es lo que llamamos el viento solar.
¿Y qué pasa cuando ese viento solar es más intenso? Eso está relacionado con las manchas solares, que son regiones más frías del Sol, que nuestros telescopios ven como manchas más oscuras, que de vez en cuando expulsan lenguas de partículas llamadas fulguraciones. Cuando el viento cargado de partículas de esas fulguraciones llega a nuestro planeta puede hacer una tormenta solar o geomagnética…
Los cuatro conceptos bien importantes de este fenómeno, que en la Tierra vemos simplemente como auroras, son manchas solares, fulguraciones, viento solar y tormenta solar o geomagnética.
¿Cómo se mueve este viento solar, qué pasa cuando llega a la Tierra, cómo se transforma ese viento en una tormenta solar en nuestro planeta?
“Cuando llega viento solar de estas características tenemos estos fenómenos de interacción entre la Tierra y la atmósfera extendida del Sol“, expresó Tancredi.