Los aportes del estudio del polen y las esporas a la investigación científica.
Desde conocer paisajes de hace 250 millones de años, hasta afecciones alérgicas, búsqueda de petróleo, calidad de la miel y estudios forenses.
Si bien se suele asociar la paleontología a grandes animales, muchas formas de vida llegan a nuestros días como fósiles de los más variados tamaños que ayudan a comprender cómo era la vida en el planeta antes de la aparición del ser humano.
Ángeles Beri, doctora en ciencias biológicas del Laboratorio de Palinología de Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (UdelaR), explicó en SobreCiencia que la palinología es la rama de la ciencia que estudia los granos de polen y las esporas, elementos reproductores de las plantas.
“Hay tres grandes fortalezas que tienen estos elementos tanto para la ciencia básica como para la aplicada. El primero es que los granos de polen y las esporas son como las huellas digitales de las plantas, porque cada grupo de plantas, cada especie, genera su grano de polen específico, lo que hace que morfológicamente las podamos distinguir. La segunda es que son muy pequeñitos (se miden en micras, una micra es una milésima parte de un milímetro), lo que permite que en una pequeña roca se puedan obtener varias muestras. Y la tercera fortaleza es que su pared es muy resistente a muchísimas cosas; como presión, temperatura o el paso del tiempo. Esta resistencia hace que los granos de polen queden fosilizados y con el estudio de estos fósiles se pueda tener idea de cómo era la vegetación que existía en el pasado”, explicó Beri.
Una de las líneas de investigación en la que está trabajando Ángeles Beri se basa en el análisis de muestras en rocas tomadas de los departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres y Rivera, que datan de hace 250 millones de años.
“En aquel entonces no era América, era el continente Pangea, estábamos cerca del Polo Sur. Era un mundo muy diferente, los mamíferos, los dinosaurios y las plantas con flores no habían aparecido y había otro tipo de plantas. Estos datos nos ayudan además a entender como cambió el clima en la tierra. El clima ha variado a lo largo de la historia de la tierra y siempre va a cambiar, y esta información nos puede ayudar a saber cuál es la influencia del ser humano en ese cambio climático. Estos microscópicos hallazgos nos dan pistas para entender lo que pasa hoy. Podemos acceder a saber cómo fue esa evolución. Podemos decir que hace 250 millones de años en nuestra región la vegetación era la de un clima glacial, como si fuese una vegetación de Canadá o Noruega. Pero ese paisaje fue cambiando a medida que los continentes se acercaron más al Ecuador, y a medida que mejoró el clima, hubo una mayor generación de materia orgánica. Por ejemplo, ese mejoramiento climático es lo que produjo los carbones que tenemos en Candiota. En nuestro país existen unas pequeñas potencias de carbón, que son el producto de esa producción vegetal generada como consecuencia del mejoramiento climático”, detalló.
Palinología en ciencia aplicada
La palinología es una herramienta importante para la prospección del petróleo. Según contó Beri, las grandes petroleras suelen contar con un palinólogo o un micropaleontólogo, ya que los granos de polen brindan datos relevantes sobre la edad, el ambiente y la madurez térmica de las rocas.
Otra línea de investigación en la que está trabajando el Laboratorio de Palinología en nuestro país, es el estudio del contenido de polen y esporas en el aire aplicada a la salud humana, para buscar una relación respecto a la aparición de síntomas alérgicos, por ejemplo, de la rinitis.
“Estamos haciendo un monitoreo de lo que hay en la atmósfera, monitoreamos hongos y polen. Tenemos muchos años de monitoreo y ahora estamos tratando de cruzar nuestros datos con otorrinolaringólogos y alergistas. Hay que aclarar que en Uruguay no sabemos con certeza el porcentaje de pacientes que tienen rinitis de polinosis, que es la alergia por polen. Respecto a la cantidad de polen que hay en el aire durante el año, podemos decir que en los meses de junio y julio el porcentaje es muy bajo, y que en agosto y setiembre comienzan los picos altos de polen en el aire”, contó Beri.
Otro punto destacable es el aporte de la palinología a la investigación policial, brindando datos de lo que puede ser, por ejemplo, la investigación de un crimen.
“Como dijimos que la función de los granos de polen es la dispersión, hay por todos lados, y están cayendo granos por todos lados contaminando todo, se puede hacer el análisis polímico de sus zapatos y de su ropa, y se puede saber dónde estuvo. Puede ser un aporte al estudio forense”, agregó la científica.
Hace más de veinte años que se realizan estudios palinológicos en el Laboratorio de Palinología de la Facultad de Ciencias. Ángeles Beri opinó que si bien a nivel popular parece que las plantas fueran aburridas, cada vez se descubren más cosas que maravillan a los científicos que trabajan en ellas.
“Hay una línea de investigación muy interesantes. Las plantas se comunican, de alguna manera ven, de alguna manera son sensibles a la música, en el sentido de que son sensibles a la presión del sonido, hay mucho más en las plantas de lo que parece que son. Tal vez por eso no es una rama de la biología a la que se acerquen científicos jóvenes, Nosotros hemos formado cerca de ocho alumnos. También el problema son las posibilidades laborales a futuro, este es un gran desafío, en general en la ciencia nacional, para que nuevas generaciones entren hay que agrandar el sistema”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Foto: Web Radio Uruguay
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