En Uruguay se diagnostican entre 40 y 50 casos nuevos por año. Es desde el año 1997 que la Alianza Internacional de Asociaciones de Esclerosis Lateral
Amiotrófica (ELA), y de enfermedades de la neurona motora (MND), conmemora cada 21
de junio el Día Internacional de Concientización de la ELA, o ALS, por sus siglas en
inglés.
La fecha fue elegida porque coincide con el solsticio, por ser un punto de inflexión, una pausa para crear conciencia, y un llamado de esperanza para la búsqueda de la causa, el tratamiento, y la cura de esta enfermedad.
Si bien la Esclerosis Lateral Amiotrófica es considerada como una enfermedad rara por su baja prevalencia, cerca de 6 personas cada 100 mil habitantes a nivel mundial, se diagnostican por año un promedio de 140 mil casos nuevos en todo el mundo.
ELA es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las células nerviosas motoras (motoneuronas) que se encuentran en el cerebro y en la médula espinal. La degradación de estas células encargadas de controlar los músculos, provoca parálisis y debilidad muscular, problemas para moverse, hablar, tragar y respirar.
Cuando una persona es diagnosticada con esta patología, sufre un impacto profundo al igual que los seres queridos que la rodean.
Para tratar de describir ese impacto, y con el objetivo de visualizar la enfermedad, fue que en el verano del año 2014 se creó la campaña de concientización y donación de fondos “Ice Bucket Challenge” (reto del balde de agua fría), una movida inspirada por el abogado y ex jugador de béisbol del Boston College, Pete Frates, al que le diagnosticaron la
enfermedad a los 27 años, y falleció a fines del año pasado.
La campaña que Frates hizo viral consistía en tirarse un balde de agua fría, subir el video a las redes sociales y nominar a tres conocidos a hacer lo mismo. El que aceptaba el reto donaba 10 dólares a la ALS Association, el mayor financiador privado de investigación de ELA en el mundo, y el que no lo aceptaba, debía donar 100. El reto se extendió primero entre importantes atletas de la NBA , y luego en un gran número de celebridades de
diferentes ámbitos. El éxito fue tal que se recaudó en un mes más de 100 millones de dólares, y logró algo más importante aún: que se comenzara a hablar de ELA en todo el mundo.
En junio de 2019 la ALS Association emitió un comunicado sobre el resultado de un informe realizado por RTI Internacional, una organización de investigación independiente, que documentó y cuantificó los resultados del gasto de los 115 millones de dólares en donaciones que la Asociación recaudó a través del desafío.
El informe señala que la inversión de la Asociación de los fondos del Ice Bucket Challenge tuvo un impacto directo en la lucha contra la ELA, incluyendo el descubrimiento de cinco nuevos genes que podrían estar vinculados a la enfermedad.
Agrega además que la campaña permitió aumentar la financiación anual para la investigación en ELA en un 187% en todo el mundo. ELA en Uruguay
En nuestro país son varios los investigadores que trabajan desde varias áreas en el desafío de entender cuáles son los principales mecanismos que se desencadenan a nivel celular durante el desarrollo de la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Patricia Cassina es doctora en Ciencias Biológicas del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba), docente grado 5 e investigadora responsable del Departamento de Histología y Embriología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar).
Cassina dijo a SobreCiencia que en Uruguay se diagnostican entre 40 y 50 nuevos casos por año, y aclaró que si bien la edad promedio en la que comienzan los síntomas ronda los 50 años, la enfermedad afecta de forma diferente en cada caso, lo que hace que también se diagnostique ELA a personas más jóvenes.
“El diagnóstico empieza por trastornos motores o de distinta índole, y la muerte de estas células es progresiva, a lo largo de periodos variables, porque hay un espectro variable de tiempo para que progrese esta enfermedad.
Se denomina Esclerosis Lateral Amiotrófica, Amiotrófica viene por la atrofia muscular que se ve en estos pacientes al no tener inervado el músculo, los músculos afectados se reducen de tamaño y dejan de funcionar. Esclerosis Lateral es porque el cordón lateral de la médula espinal, que es por dónde van los axones de todas estas neuronas motoras, se ve esclerosado cuando se hace una histología de algún paciente que haya fallecido por esta causa, por eso tiene ese nombre”, detalló.
Respecto a que podría causar esta enfermedad, Cassina dijo que se han realizado muchas investigaciones genéticas de esta patología, y agregó que existe lo que se denomina “ELA familiar”, cuando existe una predisposición genética heredada, y “ELA Esporádica”, cuando la enfermedad parece presentarse aleatoriamente, sin factores de
riesgo claramente asociados. El 90% de los casos de ELA, son esporádicos.
“Hay casos familiares que se repiten. Hay causas inflamatorias, de exposición a pesticidas o a metales pesados, pero no hay nada muy claro sobre las causas. Yo soy médica pero no soy clínica, no soy neuróloga, no trabajo con pacientes, pero en el Centro de Esclerosis Lateral Amiotrófica del Uruguay (CELAU), hay neurólogos que han
publicado estudios que muestran una asociación de esta enfermedad con personas que han hecho ejercicio físico muy fuerte, como trabajadores rurales y deportistas, también hay un estudio en Italia que la vincula con jugadores de fútbol. Hay una asociación de ELA con atletas de alto rendimiento, que están expuestos a una gran demanda muscular, ellos tienen mayor predisposición a padecer esta enfermedad. La ELA esporádica parece ser multicausal, una mezcla de factores, se está estudiando mucho la genómica de los pacientes porque hay una asociación de genes que pueden predisponer a contraer la enfermedad.
Esta característica es común a todas las enfermedades neurodegenerativas, pasa lo mismo con Alzheimer y Parkinson. Las enfermedades neurodegenerativas tienen causas desconocidas, pero una vez diagnosticadas, la progresión es insoslayable. No tenemos
aún mecanismos que nos permitan enlentecer la muerte progresiva de las motoneuronas”,
explicó.
Investigación nacional
En el Departamento de Histología y Embriología de la Facultad de Medicina de la Udelar, vienen trabajando hace tiempo en descubrir cuáles son los mecanismos que inducen la muerte de las motoneuronas.
Cassina contó que durante muchos años la ciencia mundial se centró en la investigación de la neurona en sí, pero más recientemente se ha reparado en observar lo que ocurre con las células del entorno de la motoneurona, que también influyen en el funcionamiento de la misma.
“Nosotros trabajamos usando modelos animales, ratas y ratones de laboratorio, a los que se les ha introducido un gen asociado con ELA, uno de los primeros genes que se encontró en los pacientes portadores de la enfermedad. Es un gen que codifica para la enzima Superóxido dismutasa, que es una enzima antioxidante. Algunas de esas
mutaciones se intercalaron en el genoma de ratas y ratones, y se vio que esos animales (esto se hizo en los años noventa) luego de tres o cuatro meses, presentaban una parálisis progresiva, por lo cual resultaron modelos atractivos para evaluar los mecanismos que llevaban a la muerte de esas neuronas.
Acá en la Facultad, aislando células en cultivo a partir de embriones de estos animales, podemos aislar motoneuronas y las células que la rodean”, expresó.
“Lo que nos importa mucho además es el metabolismo que ocurre, hemos estudiado la mitocondria, que es un organelo que está dentro de la célula y que es la fuente energética de la misma.
Hay una diferencia bastante grande de las mitocondrias de las neuronas y de las glías (células que están alrededor de las neuronas y que cumplen funciones muy importantes para el funcionamiento de las misma). Nosotros estudiamos los trastornos metabólicos o la modificación del metabolismo de la células que tiene la mutación ligada a la ELA con
respecto a las otras. Hemos hecho publicaciones en este sentido”, subrayó.
Tenemos algunas investigaciones donde vimos que si mejoramos la actividad mitocondrial de las glías, que están rodeando las neuronas, aumentamos un poquito la supervivencia y mejoramos la fuerza de los ratones por un tiempo más.
Hay un diálogo metabólico muy importante entre las glías que rodean a la neurona y la neurona. La neurona es muy exigente y requiere del sostén de las células que están alrededor, si fallan las células que están al rededor, también falla la neurona, y viceversa.
Es importante conocer este diálogo para poder modularlo. Hemos hecho estudios con antioxidantes dirigidos a la mitocondria, o con un modulador metabólico y tienen éxito en los ratones.
Es una enfermedad, que si bien se sabe un poco más, todavía se sabe muy poco. Todavía sigue ocurriendo la muerte neuronal y no la podemos frenar. Cuanto mas sepamos cómo ocurre, si es periférico, si es central, si es por el nervio, si es por el músculo, qué le pasa a la sangre, todas esas observaciones confluyen a entender el
mecanismo, y es el primer paso para diseñar una estrategia, poder entender qué es lo que está ocurriendo. La discriminación de pacientes en función de los estudios de mecanismos, no solo los genéticos, sino también el metabolismo, nos va a permitir discriminar subgrupos, porque se atienden a todos los pacientes como si fueran iguales, y hay pacientes que tienen diferenciaciones clínicas de la enfermedad”, remarcó.
SobreCiencia también conversó con Erik Winiarski, médico egresado de la Facultad de Medicina de la Udelar y docente grado 2, quien también trabaja en el Departamento de Histología y Embriología.
Winiarski, contó que forma parte del Centro de Esclerosis Lateral Amiotrófica del Uruguay(CELAU), creado en el 2014 como lugar de referencia interdisciplinario para la atención integral de pacientes con ELA y sus familias.
“Yo me uní al CELAU en el 2018, cuando comencé con mi proyecto de maestría en Ciencias Médicas en el programa de investigaciones biomédicas (PROINBIO) de la Facultad de Medicina (Udelar).
En el centro desempeño un rol asistencial e investigador ya que a cada paciente que concurre le realizó una entrevista médica, que se compone de una anamnesis o interrogatorio, y en conjunto con el neurólogo, un examen físico que nos permite realizar diagnóstico de ELA y valorar la severidad de la enfermedad, utilizando un Score clínico de forma de establecer un seguimiento en los controles del paciente.
En el CELAU participan neurólogos, nutricionistas, fonoaudiólogos, psicólogos, fisiatras, terapeutas ocupacionales e investigadores para brindar una asistencia integral a los pacientes con ELA. A pesar de no contar con financiación, se atiende al público todos los segundos martes de cada mes. Anualmente recibimos cerca de 50 pacientes por año
provenientes de todo el país, del ámbito público y privado”, detalló.
Winiarski aclaró que el diagnóstico de la enfermedad es clínico, lo realiza un médico, y agregó que los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya se encuentra avanzada.
“No existe forma de diagnosticar la enfermedad antes de que aparezcan síntomas” subrayó.
La maestría del científico consiste en estudiar la función mitocondrial en un tipo de glóbulos blancos presentes en la sangre, los monocitos.
El experto dijo que de comprobarse que estos glóbulos blancos presentan alteraciones en sus mitocondrias respecto a los glóbulos blancos de personas sanas, y estas alteraciones logran vincularse con el índice de progresión de la ELA, se estaría aportando una línea de conocimiento nuevo de la patología.
“Al paciente que concurre al CELAU, además de asistirlo, se le pregunta si desea involucrarse en la investigación a través de un consentimiento firmado. Si el paciente acepta, se le extrae sangre para analizar los glóbulos blancos en nuestro laboratorio. Debido a la fácil obtención de una muestra sanguínea, esta estrategia podría ser utilizada
como herramienta de seguimiento frente a la progresión de la enfermedad y sus eventuales tratamientos. Por otro lado, esta investigación podría aportar elementos paraclínicos de diagnóstico precoz, generando que se pueda captar al paciente antes que comiencen los síntomas. Esto brindaría una más y mejor calidad de vida a las personas
afectadas por ELA”, expresó.
“Huellas”
“La ELA es ayudante de mis pinturas, la enfermedad da su aporte en los cuadros, la enfermedad evoluciona para mal pero en los cuadros los transforma en una evolución para bien”, dice un texto escrito por el uruguayo Conrado Arbiza, dramaturgo y dibujante de gran trayectoria que fue diagnosticado con ELA en el año 2017.
A pesar de la situación sanitaria por la COVID- 19, que impide la realización de actividades presenciales, Tenemos ELA Uruguay, una organización sin fines de lucro, preparó varias actividades para concientizar sobre esta enfermedad y recaudar fondos.
Con ese objetivo, se realizó especialmente la exposición “Huellas” de Conrado Arbiza en el Institut Pasteur de Montevideo. La muestra compuesta por 51 cuadros se puede visitar en forma online en la página web de la organización. Los cuadros se pusieron a la venta al público en general y fueron vendidos en pocos días. El dinero recaudado será destinado a la atención de pacientes que sufren la enfermedad.
También organizaron un ciclo en el que se realizan transmisiones en vivo de Instagram desde la cuenta tenemosela.uy donde se realizan monólogos basados en textos de Conrado Arbiza, entrevistas, y la participación de músicos nacionales.
La Organización Tenemos ELA Uruguay no recibe subvenciones de ningún tipo, por lo que se financia exclusivamente a través de donaciones de particulares.
Toda la información para donar está en la web: https://tenemosela.org.uy
Alexandra Perrone
*Nota publicada en la sección SobreCiencia de la versión impresa de Caras y Caretas del viernes 10.07.20.