Día Mundial del Sueño Entrevista al Dr. Pablo Torterolo. El 16 de marzo se celebró el día Mundial del sueño con el lema “Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida”. El objetivo de la jornada es dar a conocer la importancia de tener un buen dormir para una buena calidad de vida y respetar los ritmos circadianos en el sueño.
El especialista Pablo Torterolo, profesor agregado del Laboratorio de Neurobiología del Sueño de la Facultad de Medicina de la Universidad de la república, dijo a SobreCiencia que es importante entender el sueño y conocer los trastornos que produce la privación prolongada del mismo. Este Día del Sueño fue creado por la Asociación Americana de Medicina del Sueño (AASM).
“El sueño ocupa un tercio de nuestras vidas si pensamos en un adulto; pero por ejemplo, en un recién nacido, es gran parte de su día y se vuelve fundamental para el desarrollo del cerebro. Para mantener una buena vigilia, es necesario tener un buen sueño. Son estados complementarios, y a su vez, el sueño no es un estado homogéneo, sino que dentro del dormir hay distintas etapas con diferentes funciones muy relacionadas. Tenemos el sueño lento y después tenemos el sueño REM, en el que el cerebro está totalmente activo, que es dónde ocurre la actividad onírica, los sueños. Lo que se tiene claro es que un reposo en vigilia puede servir para el descanso corporal, pero no para el cerebro, el cerebro necesita muchísimo el sueño”, explicó.
Torterolo dijo que el dormir poco durante mucho tiempo genera trastornos neurológicos, psiquiátricos, cardiovasculares y endocrinos. Aumenta la depresión, la ansiedad e incluso el consumo de drogas, agregó.
“Aumenta el índice de infarto, favorece la caída de la actividad del sistema inmune, que está relacionado con el cáncer. Se ha visto que aumentaría la incidencia de algún tipo de cáncer y también se ha estudiado la privación de sueño relacionada con la diabetes tipo dos”, detalló.
Entre los estudios recientes sobre el sueño está que una de las posible funciones es la detoxificación del cerebro, que significa que se produce una “limpieza química” mientras dormimos. También hay indicios de que la privación de sueño aumentaría la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
“Los estudios sobre el sueño empezaron a finales del siglo XIX, y en el siglo XX se fue desarrollando cada vez más con muchos hitos importantes para entenderlo. Uno de los primeros y más fuertes fue el descubrimiento del electroencefalograma. Fue Hans Berger, un fisiólogo alemán, y enseguida varios otros grupos de investigadores, los que vieron que la actividad eléctrica cerebral cambiaba durante el sueño. Otro hito importantísimo fue en el año 1953, Aserinsky y Kleitman descubrieron el sueño REM (Rapid Eye Movements), que vieron que por momentos la persona estaba dormida, pero tenía una actividad eléctrica muy parecida a la vigilia y movía mucho los ojos. Y cuando despertaban, decía que había estado soñando. Ahí hubo una explosión de la investigación del sueño, a partir del año 1953”, contó.
El científico explicó que está demostrado que estamos durmiendo cada vez menos debido a horarios nocturnos de trabajo, a la luz artificial y al uso excesivo de pantallas electrónicas como celulares, computadoras y televisores. También hizo referencia a los trabajos críticos, por ejemplo el de los conductores profesionales, que tienen un promedio de menos de cinco horas de sueño.
“Esto puede llevar muchos trastornos al trabajador y a aumentar el riesgo de accidentes. El trabajador está sufriendo porque el sueño en el ser humano está diseñado para que sea durante la noche. Dormir durante el día genera siempre algún tipo de trastorno”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Foto: Web Radio Uruguay
Entrevista: Gustavo Villa