Se viene recuperando en la Antártida pero no en las latitudes medias del planeta, dijo la científica Erna Frins. En el Instituto de Física de la Facultad de Ingeniería (UdelaR) se ha venido trabajando en instrumentos ópticos para hacer un seguimiento de la radiación. La investigadora Erna Frins dijo a SobreCiencia que se viene recuperando el agujero de ozono sobre la Antártida, pero que en las latitudes medias no se ha podido recuperar, a pesar de las medidas que se han tomado.
La científica contó que el máximo espesor de la capa en estas latitudes está por debajo de los promedios aceptables, que son las 300 unidades Dobson (DU). Una unidad Dobson equivale a 0,01 milímetros de espesor de la capa en condiciones normales de presión y de temperatura; 1 atmósfera y 0 grado centígrado respectivamente.
“Nosotros los científicos nos cuestionamos muchas cosas que creíamos que las habíamos entendido totalmente y ahora se empieza a hablar de que el problema es más complicado de lo que uno se imaginó en un principio. Hay ciclos estacionales y por otro lado está el promedio anual. En la Antártida uno esperaba la recuperación y se muestran signos que hay una tendencia a la recuperación. Lo que es más preocupante, que a mí personalmente me pareció nuevo, es que la recuperación en las latitudes medias está siendo más difícil, y esto llama más la atención. Pensé que era un problema nuestro, pero sabemos que hay otros que también han percibido la misma situación”, detalló.
Cuidarse de la radiación solar
Si bien la experta aclaró que la situación no califica para decir que existe un deterioro de la capa de ozono en estas latitudes, sí agregó que es una realidad compleja, porque estamos en una región en donde se encuentran las masas de aire del sur con las masas de aire caliente del norte y existe mucho intercambio entre la parte baja y alta de la atmósfera; por lo que hay que cuidarse mucho de la radiación solar en esta parte del planeta.
Frins dijo que la radiación es algo aditivo, es decir, la dosis que uno va recibiendo desde joven, la va sumando a lo largo de la vida.
“Estamos hablando de radiación UV, que es muy energética, o sea, radiación electromagnética, longitudes de ondas que están relacionadas con la energía. Las longitudes de onda más cortas son las más energéticas, como esta radiación UV, y cuando hablamos de temperatura estamos hablando de radiación electromagnética de longitudes de onda más largas. O sea, cuanto más energética, más es la capacidad de producir cambios. Si es simplemente calor, como lo vemos en el microondas, las moléculas vibran y la comida se calienta. Pero si es más energética, como es el caso de la radiación ultravioleta, puede llegar a romper los enlaces y entonces estamos hablando de que está produciendo daño, por eso su relación con el cáncer”, explicó.
Frins hizo algunas recomendaciones para cuidarse de la radiación solar, como la de respetar el horario más peligroso (no tomar sol entre las 10 de la mañana y las cinco de la tarde), el uso del protector, y aclaró especialmente que protegerse bajo una sombrilla no impide recibir el daño de la radiación ultravioleta.
“Cuando la gente se pone abajo de la sombrilla en la playa, cree que ahí ya se terminó el problema, no se da cuenta que la arena está reflejando toda esa radiación absolutamente sin ningún drama. No vale decir ‘yo me pongo abajo de la sombrilla’. Hay otro punto importante que son los protectores solares. Uno tiene que entender que nunca está bloqueando totalmente, porque para eso tendríamos que tener una capa de cierto espesor constantemente, uno se puede broncear suavemente sin hacer sufrir la piel. Hay que usar protector solar de factores elevados, por lo menos de treinta. Hay que cuidarse, más allá de si el satélite nos da un valor lindo o un valor feo, uno no tiene que olvidarse que se va sumando radiación durante toda la vida”, concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa