Luis Aubriot, integrante de la Sección Limnología del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de Facultad de Ciencias, dijo que esta ley facilita y fomenta la generación de nuevos embalses a gran escala en el país y explicó, entre otros aspectos, que la calidad del agua se ve comprometida cuando está retenida, ya que se favorece a la aparición de floraciones de cianobacterias.
Aubriot señaló en SobreCiencia que junto a varios colegas vienen planteando las inquietudes de la comunidad científica frente a esta ley.
“Junto a colegas hicimos una nota el año pasado, una carta abierta en la cual planteábamos muchas inquietudes. Esa carta fue enviada a las autoridades y circuló. Posteriormente se hizo una jornada en Rocha con especialistas en otras áreas como la agronomía y la legal, la sociológica y nosotros hicimos nuestro planteo del lado ecológico y ambiental y expusimos nuestras incertidumbres y preocupaciones. Hay una investigación publicada en la revista Innotec del LATU, un trabajo de mi colega Sylvia Bonilla junto a otros científicos, donde hicimos un relevamiento de la calidad del agua del país, y una de las conclusiones es que nuestros cursos de agua están muy cargados de nutrientes, y los efectos se ven mucho más amplificados cuando las aguas son retenidas”, explicó.
El científico hizo referencia al proceso denominado eutrofización, que refiere al enriquecimiento de nutrientes en un ecosistema acuático. También agregó que esta ley plantea una mercantilización del agua, lo que generará que se retenga la mayor cantidad de agua posible para poder venderla. Y aclaró que las condiciones del agua retenida en embalses facilitan mucho el crecimiento de las cianobacterias.
“Este enriquecimiento de nutrientes beneficia a las cianobacterias, que tienen la capacidad de adaptarse al ambiente y colonizarlo de forma muy explosiva, quedando muy resistentes en el sistema. Estamos dando nuevas ventanas de oportunidad de crecimiento a estas bacterias debido al sobre enriquecimiento del agua con nutrientes que proviene de la actividad humana, como por ejemplo, el uso de fertilizantes. Nuestra preocupación es que en los embalses que estén en ambientes donde hay actividad agrícola es altamente probable que ocurran floraciones de cianobacterias, muy dañinas para nosotros y también para los animales”, dijo.
“También hay otros efectos sobre lo que implica el corte de un sistema hídrico, como la modificación del flujo, por ejemplo en la migración de peces o la inundación de montes nativos. Hay un montón de aspectos ambientales y ecológicos, sin hablar de la constitucionalidad o no del texto. Hay mucha incertidumbre y creo que el proceso de su implementación va a ser muy interesante porque ahí vamos a poder ver como ‘bajan a tierra’ la ley en sí”, concluyó
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa