Conocer e investigar la ecología microbiana de aguas superficiales y subterráneas de nuestro país resulta clave para su conservación. La Dra. Claudia Piccini es investigadora del Departamento de Microbiología del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), y sus líneas de investigación están enfocadas en la ecología microbiana del Río Uruguay.
Piccini explicó a SobreCiencia que el Río Uruguay tiene síntomas de eutrofización, principalmente en los donde el agua corre más lento, o casi no corre, lo que genera un problema mayor porque se concentran los nutrientes y los microorganismos crecen, por ejemplo, las más rápidas son las cianobacterias.
“El objetivo es entender los mecanismos que hacen que las comunidades microbianas que viven en los sistemas acuáticos tengan la diversidad que tienen, cumplan los roles que cumplen, son los que reciclan la materia orgánica. Por ejemplo, todos los organismos que se mueren en el agua, ellas los descomponen y reciclan todos los nutrientes, lo mismo que hacen las bacterias de suelo, ellas lo hacen en el agua. Las bacterias en todos los ecosistemas son las que mantienen funcionando la bioósfera en general. Nosotros no trabajamos a nivel de determinar contaminantes, sino que trabajamos con la parte biológica de los sistemas y tratamos de entender cómo funcionan las comunidades microbianas para poder predecir que va a pasar”- explicó.
La científica agregó que actualmente hay muchos estudios en todo el mundo buscando sobre las causas de las floraciones de cianobacterias, pero aclaró que aún no se sabe en qué momento o en qué condiciones esas floraciones pasan a ser tóxicas. Dijo que en eso se está trabajando a nivel mundial, y que según los diferentes tipos de experimentos y las metodologías, han encontrado resultados totalmente opuestos.
– “Ni siquiera sabemos por qué en determinado momento los microorganismos deciden sintetizar y producir toxinas, no sabemos el rol de las toxinas en en el ciclo de vida de las cianobacterias, le llamamos toxinas porque son tóxicas para nosotros, pero no sabemos por qué empezaron a existir hace mil o dos mil millones de años, son más antiguas las toxinas que los organismos que potencialmente podían ser peligrosos para las cianobacterias. Tiene que ver con la evolución, es un proceso evolutivo muy antiguo que estamos tratando de dilucidar. Estamos tratando de diseñar una estrategia para ver en qué condiciones las producen; si es cuando están contentas, cuando están estresadas, cuando tienen hambre, o cuando se comunican”- detalló.
Piccini contó que el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) lanzó hace algunas semanas el Plan de Manejo, que incluye la parte del cuidado de agua subterránea en Cabo Polonio, una de las investigaciones que llevó adelante su equipo de investigación del IIBCE.
– “Se basaron en los estudios que realizamos para generar propuestas de cómo gestionar el agua, dónde hacer las perforaciones y cómo disponer de las aguas servidas, que es todo un tema, pusimos a disposición nuestros resultados y fueron muy bien recibidos. De a poco se empieza a construir un nexo entre lo que uno hace y cómo puede servir para aplicarlo a la gestión y a la mejora de la calidad de vida”-contó.
La experta agregó que las floraciones existen naturalmente, pero el hombre hizo aumentar su presencia, y, por ejemplo, en lugares que están muy quietos, lagos o embalses; esas floraciones están todo el tiempo, porque el ciclo de vida de esos organismos, se altera.
– “Habría que hacer un cambio de mentalidad y a tomarnos más en serio que lo que estamos ganando más en dinero lo vamos a perder tratando de recuperar el agua, porque es algo que necesitamos sí o sí. Creo que en algún momento, como humanidad, hay que hacer esas cuentas”- reflexionó.
Texto: Alexandra Perrone
Entrevista: Gustavo Villa
Equipo completo del Departamento de Microbiología del IIBCE.